En las últimas semanas he tenido la suerte de asistir a muchas ferias, congresos, reuniones, encuentros, eventos de networking, talleres, etc. en Inglaterra, que es donde resido desde hace aproximadamente 1 año y medio. Octubre y noviembre son los meses estrella para este tipo de cosas.
Después de haber estado prácticamente 2 años y medio trabajando desde casa, saliendo solo para reuniones u otros encuentros (y por supuesto, para ir a nuestro retiro formativo en Barcelona en junio), y realizando mi trabajo mayoritariamente desde una esfera digital (en este sentido, hay que dar las gracias a la tecnología, que permite que las voces se expandan por todo el mundo), estos días de encuentros presenciales,
donde realmente se capta de forma más clara la esencia humana,
han sido muy emocionantes y útiles.
En estas semanas, he aprendido más sobre cómo se percibe la mirada regenerativa en
el sector turístico (o como cada vez me gusta menos llamarlo, el “turismo regenerativo”), que en todo este tiempo navegando por el mundo digital. También es verdad que la palabra “regeneración” ha ganado una popularidad increíble en muy poco tiempo.
“AMENAZADOS” POR AQUELLOS QUE HABLAMOS DE TURISMO REGENERATIVO
Y así, el título de este artículo tiene un porqué. Me enteré hace poquito, así de forma accidental, de que muchos que trabajan en turismo sostenible se sienten amenazados
e incluso irritados por aquellos/as que tienen el convencimiento de que la sostenibilidad ya no es suficiente.
Una persona de confianza me comentó que, ciertamente, muchas personas que trabajan en turismo sostenible sienten que los “regeneradores” (no he encontrado mejor expresión que ésta) consideramos con cierta condescendencia, que lo que ellos hacen que era valioso, ya no sirve de nada.
Y esto les genera incomodidad y a menudo, conflicto. Y para terminar de confirmar esto, en un evento reciente escuché este comentario “odio estas palabras de moda
que llegan aparentando decir algo nuevo y para sacarnos del mercado, cuando esto lo hemos venido haciendo muchos años”. Ouch. “odio” es una palabra fuerte.
Este tipo de afirmaciones me han dejado muy confundida. Nunca se me había ocurrido que yo, o cualquiera de mis colegas, pudiéramos ser vistos como personas que tienen esa agenda. No estamos compitiendo.
Las personas que estamos luchando por que se vea la urgencia de ir más allá de sostener, la urgencia de regenerar los sistemas ecológicos y sociales,
de recuperar las enseñanzas indígenas
e integrar a la naturaleza en toda nuestra toma de decisiones,
de unirnos y dejar de competir,
no estamos preocupados por sacar a nadie del mercado (a menos que genere daños). Si se piensa esto, entonces, quizá no hemos hecho un buen trabajo comunicando la importancia y la urgencia de cambiar nuestra forma de pensar.
¿PERO QUÉ ES, REALMENTE, EL TURISMO REGENERATIVO?
Quizá, la afirmación que se repite constantemente, de que el turismo regenerativo no es más que una experiencia donde el visitante deja el lugar mejor de lo que lo encontró,
no ha ayudado. Es algo maravilloso, pero no podemos simplificar tanto. No podemos darle toda la responsabilidad al viajero, tal y como hablamos en una cálida conversación con mis colegas de The Hive-Place Regenerators.
Otra cosa más que he oído es que no existen definiciones, pero en realidad, sí las hay. Y para que tengamos una visión común de lo que abarca, voy a compartir una. Más que exponer la definición que creé para mi tesis, voy a compartir la creada por Loretta Bellato que está expresada brillantemente, y ha considerado muchos puntos de vista:
El turismo regenerativo
es un enfoque transformador que pretende aprovechar el potencial de los lugares turísticos
para prosperar y crear efectos positivos netos
mediante el aumento de la capacidad regenerativa de las sociedades humanas y los ecosistemas. Derivado de la cosmovisión ecológica,
entrelaza perspectivas y conocimientos científicos indígenas y occidentales.
Los sistemas turísticos se consideran inseparables de la naturaleza
y están obligados a respetar los principios y las leyes de la Tierra.
Además, los enfoques del turismo regenerativo evolucionan y varían de un lugar a otro a largo plazo, armonizando así las prácticas con la regeneración de los sistemas vivos anidados.
(Bellato, et al
2021).
¿LA REGENERACIÓN RECHAZA O ABRAZA A LA SOSTENIBILIDAD?
Muchas de las personas que estamos convencidas, abogamos por la regeneración y activamente tratamos de generar conciencia y compartir esta mirada, hemos trabajado en sostenibilidad muchos años. La forma más rápida de ver si un paradigma funciona o no, es implementándolo en el destino. ¿De qué sirve hablar y hablar de ello desde unas lujosas oficinas, discutiendo durante horas cuál es la mejor definición,
estableciendo directrices estandarizadas
de arriba abajo y marcando metas imposibles
en forma de silos, si ni siquiera se ha tratado de aplicarlo?
La regeneración más que rechazar a la sostenibilidad,
es un entendimiento emergente, evolutivo y dinámico, que incluye a la sostenibilidad dentro del marco de sistemas vivos
(Teruel, 2018). Así que, bajo mi punto de vista, la abraza y la lleva a otro nivel. Hay muchos esfuerzos en sostenibilidad muy valiosos, y muchas prácticas a nivel local que han sido extraordinarias. Pero estamos en una época de transición. La naturaleza está gritando y haciéndolo más que evidente. El sistema se está colapsando y las prácticas que son buenas o que reducen el impacto, tristemente, se quedan cortas. Tenemos que evolucionar. “Bueno” no es suficiente,
y es nuestra responsabilidad y necesidad como humanos el cuestionarnos las cosas y repensar nuestro status quo.
“No basta con amar un lugar. Debemos encontrar la forma de sanarlo”
― Robin Wall Kimmerer, Braiding Sweetgrass
NO ERES “TÚ” NI SOY “YO”. SOMOS “NOSOTROS”
Como dijo alguien esta semana en un discurso, no eres “tú” ni soy “yo”. Somos “nosotros”.
O como dicen los mayas, In Lak’ech. Tú eres otro yo.
Estamos juntos en esto y solo juntos, podremos generar soluciones innovadoras que ofrezcan beneficios a la naturaleza y no limitarnos a un “neto cero” imposible. Trabajar hacia un neto positivo
que, como dicen Pamela Mang y Bill Reed (2014), nos sirva como “una nueva dirección y como aspiración para evolucionar el diseño sostenible más allá de minimizar el daño humano
hacia la existencia humana que es una fuente de vida”.
Pero para ello, tenemos que salirnos de nuestra zona de confort y de esa idea absurda de competición.
Y ahora me pregunto: ¿cómo comunicamos la regeneración en el turismo de una forma más efectiva para que en lugar de generar rechazo, se unan más personas al compromiso?
Ese fue el motivo del nacimiento de
The RegenLab for Travel.
Acercar esta mirada a más personas para así, evolucionar juntos.
Fuentes: